A lo largo de nuestra vida lidiamos con todo tipo de conflictos y la mediación puede ayudarnos a resolverlos. Nos guste o no, tener malentendidos y choque de intereses con las personas que nos rodean es de lo más natural y, incluso, podemos conseguir que sea una situación de aprendizaje y, por qué no, enriquecedora.
Ahora bien, los conflictos familiares son de los más dolorosos y complejos con que nos tendremos que enfrentar; precisamente porque se nos mezclan todo tipo de sentimientos y sensaciones. Y esto los convierte en los conflictos que producen los surcos más profundos en nuestras vidas.
Conflictos a propósito de los cuidados
Un conflicto repetido en el sino de las familias es el que tienen los hermanos a la hora de organizarse en los cuidados de los padres y madres cuando se hacen grandes. Suele pasar que unos son más protagonistas en los cuidados y se sienten abandonados por los otros hermanos. También pueden ocurrir desequilibrios económicos entre unos y otros. A veces, simplemente, la discrepancia viene para entender los cuidados de formas diferentes.
Además, el cuidado de la gente mayor requiere de decisiones prácticamente cotidianas: turnos de visita a casa, turnos de acompañamiento a visitas médicas, gestión del personal contratado para atender los progenitores, gestión económica, etc… Es decir, es un tipo de conflicto del cual no se puede desconectar.
Conforme pasa el tiempo, el conflicto puede escalar y la animadversión, crecer. Llegados a este punto, puede darse que alguna de las partes tenga la tentación de acudir a los tribunales para instaurar una situación justa según sus intereses.
Una gestión constructiva del conflicto
No obstante, está demostrado que los juzgados no son el espacio para solucionar los conflictos familiares de menos gravedad. Unos ganan y otros pierden, pero tanto los unos como los otros agravan su separación.
Por eso, queremos que conozcáis la figura de la mediación familiar, regulada a la Ley 24/2018, de 5 de diciembre, de mediación de la Comunidad Valenciana. Un método que invita a la gestión constructiva del conflicto. Trata de acercar las partes, con la ayuda de la persona mediadora, neutral e imparcial. El objetivo es conseguir acuerdos satisfactorios para todas las implicadas.
Dudas comunes sobre la mediación
¿Qué alcance tienen los acuerdos en la mediación?
Son un documento privado que se puede homologar en sede judicial o ante notario y, así, dar lugar a una situación vinculante.
¿Y si ya hay un procedimiento judicial iniciado?
Ningún problema, se puede pedir la suspensión para intentar encontrar una solución a través de un proceso de mediación. De hecho, cada vez está más extendido entre la judicatura derivar los casos a mediación familiar.
Pero, ¿qué beneficios tiene en comparación con un proceso judicial?
- No gana ni pierde nadie. Ambas partes llegarán a un punto en común. El profesional de la mediación utiliza técnicas para desbloquear la comunicación.
- Se reducen costes económicos y personales
- El protagonismo lo tienen las partes y así se evitan imposiciones
- Los acuerdos alcanzados en mediación tienen un porcentaje de cumplimiento más alto porque las partes lo han ido creando sesión a sesión y, por tanto, lo consideran fruto de un esfuerzo
Una solución útil en muchos casos
Hemos puesto el ejemplo del conflicto entre hermanos, pero se aplica a todo tipo de divergencias entre personas. Las parejas que están en trámites de separación pueden acordar un plan de crianza en un proceso de mediación y después, simplemente, ratificarlo ante sede judicial.
En conclusión, la mediación familiar representa una opción valiosa para resolver conflictos, puesto que ofrece un enfoque más humano, eficiente y duradero que el procedimiento judicial tradicional.